martes, 7 de enero de 2014


                                                           El modelo keynesiano.
 
John Maynard Keynes probablemente es el economista que más ha influido sobre la economía moderna, una de las personas que más ha influido en el pensamiento del siglo XX, y que seguirá haciéndolo en el XXI. Es conocido sobre todo por la Teoría general del empleo, el interés y el dinero. También predijo consecuencias en las sanciones que se impusieron a Alemania tras la primera guerra mundial que acabarían llevando a la quiebra a Alemania y provocarían conflictos en Europa. Tras el crack del 1929 las economías occidentales se encontraban en una situación lamentable, la gran depresión causó estragos y el mundo se encontraba en una situación complicada. Aunque publicó su teoría general en 1936, sus ideas sobre la economía ya llevaban tiempo poniéndose en práctica.

Si recordamos la fórmula mediante la que se calcula el producto interior bruto (PIB) es PIB=C+I+G+(X-M) Según Keynes el consumo depende de un consumo autónomo y de un porcentaje de la renta disponible. Al aumentar la renta se aumenta el consumo que a su vez aumenta la renta. Llega un punto en el que se encuentra en equilibrio y la economía se estabiliza.

Según el modelo neoclásico en un mercado libre el desempleo existe. Las personas que están desempleadas es porque exigen un sueldo demasiado alto respecto a su capacidad de producción. Estas personas podrían encontrar trabajo reduciendo sus expectativas salariales. En el modelo neoclásico con salario mínimo y desempleo, al eliminarse el mínimo los desempleados encontrarían empleo, porque los empresarios contratarían a más gente. En contraposición el modelo del empleo Keynesiano reflejaría mejor la situación de la gran depresión. Según este modelo el problema que tenemos con este sistema es que en ocasiones la producción es inferior a lo deseable y por eso se produce desempleo. Al existir desempleados no adquieren bienes y servicios y las empresas no contratan a más gente porque no hay suficiente demanda. Keynes propone aumentar el gasto público, de forma que aumentando el gasto público se aumente el empleo el cual a su vez vuelva a crear empleo hasta volver a alcanzar otro punto de equilibrio.

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