lunes, 13 de enero de 2014



Como piensa el economista español Santiago Niño Becerra.

Desde los organismos internacionales hasta el Gobierno, pasando por las agencias de rating, todos coinciden en que ya empiezan a verse los primeros síntomas de mejora para la economía española.
En su opinión, llevará muchos años resolver la situación actual, marcada por la imposibilidad de continuar creciendo como hasta ahora, por pensar que en el planeta sobra dinero a mansalva, y por el "excesos de pánico de capacidad productiva".
Efectivamente puede que lo peor de la crisis haya pasado ya, pero ¿cómo se le dice a alguien que vivió bien que ya no volverá a hacerlo? A medida que se vaya profundizando en la crisis la recaudación decrecerá, aunque se dice que  a finales del 2014 se podrá principiar muy suavemente la recuperación. Una de las consecuencias será la insuficiencia de fondos para atender las pensiones con su actual estructura, que el fondo de reserva podrá compensar cada vez en una menor parte.
En este discurso trata los siguientes temas:
La gran cantidad de jóvenes educados para un mundo de abundancia que tendrán que sobrevivir en un mundo de escasez. El margen que tiene el gobierno de España para cambiar esta situación es muy reducido, por ello, el Ejecutivo no ha tenido más remedio que operar por imposición de la troika (Comisión Europea, FMI, y BCE). España ha perdido su capacidad de decisión y su Gobierno se halla cautivo de los compromisos que le obligaron a aceptar porque la alternativa era el caos, de España y de la UEM.
Debido a la presión financiera internacional, España se verá forzada a reducir su déficit en lo posible. Pero como crecerá en cantidad totalmente insuficiente, cabe esperar recortes profundísimos y adicionales en el gasto público, reformas, ajustes... Pero hay temas que son tabú, como por ejemplo el fraude fiscal de las pymes. Hay empresas que si no defraudan no podrían existir. A propósito del anuncio de que el Gobierno impulsará con la banca la concesión de créditos a las pymes, el mediático economista asegura que el fraude fiscal en la pequeña y mediana empresa es un tema tabú en España.
Otro tema delicado es el funcionariado. Los empleados públicos se han convertido en el chivo expiatorio de una crisis que no han generado, y a pesar de que España tiene una tasa de empleados públicos que es de las más bajas de Europa, son el blanco de todas las críticas porque cuentan con un trabajo en propiedad. Así pues, cuando España crezca los ciudadanos tendrán que aprender a vivir con menos ya que será imposible volver al bienestar de 2006, un año basado en una irrepetible burbuja de deuda. Lo fundamental tal y como están las cosas es permanecer a toda costa en el mercado laboral aunque sea perdiendo el 40% de los ingresos; si salimos de este será muy difícil volver a entrar.
Dentro de 10 años, es decir en 2023 Becerra basándose en la crisis actual  imagina el país de la siguiente manera: Será  una población empobrecida con niveles de renta media equivalentes a los existentes a principios de los 80, con un desempleo estructural de entre el 14% y el 18% y la precarización contractual de la mayoría de la población activa que se halle ocupada. Lo cual significa que será necesario un cambio de chip para adaptarse a  un mundo de escasez que ha seguido a un mundo de abundancia.

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